sábado, 19 de mayo de 2007

La máquina de hacer orgasmos.

Mi eugenista y brutal padre
mi soñado primer abortista
Fue un retórico de palabras que me quebró
Desde los puños hasta las manos.
Estaban muertos (los abortados)
mis graves contusiones
la cornea de sus cráneos azules.
Mi padre, mi raiz nazida[1] eugenesica
Quiso hacerme la bestia más perfecta del mundo
A mí, loca sangre de todos los escultores atávicos
nudo de existencias portadoras de nada,
Como mi primer amor
(detrás de la luz yo incendiaba las puertas),
Contra una pared yo le pedía jadear
los agujeros de la poesía,
Ahora crecía al placer lento de la aguja y la herida.
Y yo ya no amo todos tus suicidios médicos y aprobados
¿Tengo cuantos años?
Olvidé cuando vivía en las células de mi vida
Era la que se infectaba y mojaba /lenta y horrorosa/
Buscando así la forma de desanudar mi corazón.
Tengo en mí una voz que parece canta
cuando en realidad
no hace mas que ir de vez en cuando al psiquiatra
para curar el rasgo cardiovascular
de sus raquíticos labios.
Así es el silencio de las grandes
genialidades
los genitales desgarros en la mente.
[2]I’ m own the machine which makes orgasms
Como siempre volviendo hacia mi
Curada hasta el infierno,
Cruda hasta el infierno.
Desde los pies hasta la vulva seguirán faltando tumbas
Para succionar todos los niños que ya no busco.
*escrito durante una clase sobre eugenesia.

Marina Victoria.

[1]Palabra compuesta, nazismo/ nacimiento, recién nazido.
[2] Tengo la máquina de hacer orgasmos

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