jueves, 24 de mayo de 2007

13.





El centro del amor




no siempre coincide




con el centro de la vida.




Ambos centros se buscan




entonces como dos animales atribulados.




Pero casi nunca se encuentran,




porque la clave de la coincidencia es otra: nacer juntos.




Nacer juntos, como debieran nacer y morir todos los amantes.


Roberto Juarroz

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